Si vamos a necesitar dinero para una compra grande, como en el caso de un automóvil o una casa, si vamos a ir a la universidad y necesitamos ayuda para pagar la matrícula, probablemente nos vamos a ver obligados a pedir un préstamo. La facilidad con la que nos lo van a conceder dependerá de muchos factores, como por ejemplo la cantidad de dinero que ingresamos al mes, nuestra calificación crediticia, la deuda que tenemos de tarjetas de crédito, de otros préstamos, etc. Cuando solicitamos un crédito tenemos que estar preparados para que nos sometan a un riguroso estudio de nuestros hábitos financieros y de nuestro historial de pago, o de falta de él, en su caso menos favorable.
Factores que influyen cuando solicitamos un crédito
Si solicitamos financiación y tenemos un historial crediticio desfavorable, tenemos que prepararnos para nuestra primera decepción. No vamos a poder conseguir un crédito en cualquier sucursal o empresa. Cuando sufrimos una situación como ésta vamos a necesitar un tiempo para repararla y así conseguir una puntuación positiva. Si conseguimos un préstamo personal en alguna entidad determinada va a ser a costa de tener que pagar un interés mucho más alto de lo normal. Los bancos hacen esto porque en ésta situación somos clientes de alto riesgo, y ellos lo saben. Si accedemos a sus condiciones y vamos realizando los pagos del crédito en su tiempo y cantidad, puede que con el tiempo podamos obtener una tasa de interés más baja, si en un futuro volvemos a solicitar otro préstamo.
Cuando lo que necesitamos es un crédito para los estudios, para la matrícula de la universidad, entonces las condiciones son un poco diferentes. Normalmente se relajan y se conceden a cualquier persona que cumpla unas condiciones mínimas. Pero recuerda que no es un regalo, que hay que devolverlo. Si lo devolvemos correctamente, entonces pasaremos a ser unos buenos clientes para el banco, y se reflejará de manera positiva en nuestro expediente. Sin embargo algunas veces nos pueden negar este tipo de préstamos, cuándo solicitamos una cantidad muy por encima a la que ellos han estudiado que vamos a poder devolver. Entonces es cuando nos van a pedir un aval, que normalmente van a ser nuestros padres, si tienen un historial crediticio favorable.
Si lo que necesitamos es un dinero rápido para pagar alguna deuda urgente, podemos recurrir a los créditos rápidos. La principal precaución que tenemos que tener en este tipo de créditos es ver las condiciones y términos en los que se aplica el préstamo. Tenemos la ventaja de que este tipo de financiación rápida normalmente se oferta por internet, así que no tenemos más que entrar en nuestro navegador favorito, abrir tantas pestañas como empresas que ofertan este tipo de créditos online vayamos encontrando, y estudiar sus condiciones sin dejarnos deslumbrar por las grandes frases.
Existen muchas compañías muy recomendables y otras que no lo son tanto. Así pues vale la pena que nos pasemos de precavidos y cuando tengamos alguna duda respecto a lo que ofrecen nos pongamos en contacto con ellos e intentemos solventarla.