Llama la atención cómo en tiempos de crisis, provocados por la excesiva permisividad en la concesión de crédito por parte de la banca, sean los particulares los únicos dispuestos a ofrecer financiación.
Parece un error pensar que la política seguida por los bancos de ofrecer dinero a cualquiera es más errática que la de no ofrecérselo casi a nadie. Es un ejercicio de irresponsabilidad ambas conductas. Es necesario comprender que las personas están sufriendo una falta de liquidez muy importante. Cantidad de familias y empresas atraviesan una situación difícil en la que conseguir financiación puede ser la diferencia entre prosperar o hundirse.
Es en estos tiempos es cuando cobra vida una alternativa que hasta la fecha permanecía en un segundo plano, el capital privado. El capital privado es el medio de financiación encabezado por los particulares cuyo principal requisito reside en la garantía hipotecaria. Parece mentira pero los únicos dispuestos a realizar prestamos rapidos o creditos urgentes con la única condición de aportar una propiedad pagada son los particulares. Los bancos no contemplan la posibilidad puesto que no están interesados en acumular más viviendas en stock.
Ni siquiera cuando el gobierno ha anunciado el recorte IVA para la compra de viviendas de nueva construcción parece que vaya a producirse un alivio en las duras condiciones para conseguir una hipoteca.
Sin embargo, de lo que hablamos aquí es de la financiación para individuos en apuros económicos, con deudas, aquellos amenazados por embargos. Los movimientos anti-desahucio están consiguiendo que algunas personas consigan más tiempo para conseguir salvar su vivienda, aunque sea al margen de la ley. Esta parece una solución temporal, aunque poco segura, en lo que parece un mal extendido.
Ante un poco previsible cambio en el acceso a la financiación "low-cost", el capital privado con sus prestamos y creditos urgentes y susrefinanciaciones se han convertido en el recurso utilizado por multitud de españoles. Su funcionamiento es muy simple. El cliente acude a este medio una vez comprueba que las puertas de las fuentes tradicionales de crédito están cerradas. Una vez se deja constancia de poseer una propiedad libre de cargas se procede a la firma del contrato de préstamo ante notario. En ese momento el cliente tiene hasta un plazo de 15 años para devolver el dinero. Sus tipos de interés son los mismos que el de las tarjetas de crédito.
Este medio de financiación no discrimina a gente incluida en registros de morosos como el ASNEF o el RAI. Es por ello por lo que empresas y familias pueden conseguir optar a un nuevo crédito bancario una vez su nombre a salido de estos registros de morosos, gracias a la intervención del capital privado.
Ante el gran incremento de las empresas que se encargan de proveer prestamos rapidos a la población, el gobierno ha decido regular dicha actividad. Por ello resulta imprescindible acudir a empresas de creditos privados con reconocido prestigio, años de experiencia y que cumplan toda la normativa exigida como que estén inscritas en el SEPBLAC Banco de España.